Con el ascenso del comercio electrónico, también las estafas, por ello es importante que logre identificarlas y luego cómo evitarlas.

Algunas de ellas fueron detalladas por Aníbal Pérez, Gerente Senior de Seguridad Corporativa de Scotiabank.

Una es el pagejacking, donde los hackers crean una página web fraudulenta idéntica a un sitio web que realmente existe; al mostrar una réplica falsa del inicio de sesión, los estafadores pueden recopilar fácilmente múltiples nombres y contraseñas de usuarios.

La apropiación/usurpación de cuenta, que es una forma de robo de identidad donde el estafador utiliza información personal sustraída para acceder a cuentas en línea o financieras de forma fraudulenta, todo esto con la finalidad de realizar compras no autorizadas, retirar dinero o incluso cambiar los datos de la cuenta.

Otra práctica de los delincuentes es enviar un correo electrónico desde la cuenta de una persona a sus amigos y familiares indicando que le han robado mientras estaba de vacaciones, y solicitan ayuda pidiendo transferencia de dinero.

Al comprar en línea, se da el caso donde un vendedor falso ofrece un producto a un precio bajo o promete beneficios como el envío gratuito o la entrega al día siguiente sin ninguna intención de cumplirlos. Una vez procesado el pago, el producto nunca es entregado y no hay forma de ponerse en contacto con el vendedor para pedir un reembolso.

O bien, en la búsqueda de empleo vemos recurrentemente ofertas falsas de trabajo en línea; al aplicante se le pide que proporcione información personal como parte del proceso de contratación o que pague por adelantado la capacitación, los materiales o algún curso relacionado con el trabajo a realizar.

Uno ya recurrente es el phishing, que son esos correos, mensajes o llamadas que simplemente no parecen correctos. Pueden provenir de diferentes organizaciones fraudulentas que figuran como tiendas de comercio electrónico, instituciones financieras, proveedores de servicios, entre otros, solicitando información sensible como contraseñas, números de tarjeta de crédito, número de cédula, entre otros datos personales y confidenciales.

Con eso claro, es importante que aplique prácticas para evitar estos timos y fraudes.

• Haga las cosas con calma y preste atención a los detalles. No tema porque los estafadores con frecuencia exigen que se les dé información de manera inmediata y amenazan con consecuencias negativas si no se les entregan rápidamente los datos que piden.
• Piénselo dos veces. Antes de hacer clic en hipervínculos de correos electrónicos y mensajes de texto que parezcan sospechosos o antes de abrir archivos adjuntos que provengan de remitentes desconocidos.
• Evite responder correos y mensajes no solicitados. El correo electrónico y los mensajes de texto no son un método seguro para enviar datos sensibles como números de tarjetas de crédito o datos de cuentas bancarias.
• Investigue para verificar la legitimidad de la tienda u organización en línea. Busque comentarios en línea para verificar si hay alguna señal de alerta sobre la empresa, el producto o el vendedor.
• Proteja las contraseñas en línea. Evite el uso de las mismas claves o combinaciones comunes. En su lugar, se recomienda optar por palabras o frases distintas que utilicen una combinación de números y letras.
• Revise las facturas, las transacciones en línea y los registros de las tarjetas de crédito. Para conciliar las compras e identificar cualquier discrepancia o cobro desconocido.

Nota vista por primera vez en La República