Los ingredientes están en la mesa: un creciente interés de la inversión extranjera y el boom de la economía digital.
El 1 de octubre de 2020, el ecosistema emprendedor mexicano despertó con la noticia que, durante años, estaba esperando: el nacimiento de su primer unicornio. Kavak, la plataforma de compraventa de autos seminuevos, había alcanzado una valuación superior a los 1,150 millones de dólares. Ahora, se abre el panorama para las empresas unicornio en México.
El anuncio de Kavak corrió como pólvora en la prensa nacional y extranjera. Las felicitaciones abundaron en las redes sociales.
Después de años de especulación, México por fin tenía a su primer representante en el club de las empresas de tecnología valuadas en más de 1,000 millones de dólares.
Y, ¿qué es una empresa unicornio?
Empresas unicornio en México
Loreanne García, cofundadora de Kavak, estaba en su casa.
Inmediatamente, ella y sus socios –Carlos García Ottati y Roger Laughlin– se reunieron en la plataforma Zoom para celebrar.
“Nos llenó un sentimiento de compromiso porque ser unicornio no es la meta”, dice García.
“El objetivo es seguir ayudando a los consumidores a tener una experiencia increíble al comprar un coche y tenemos mucho que hacer.” Después de felicitarse, anunciaron la noticia al equipo.
Al día siguiente, todo volvió a la normalidad: “regresamos a vender, a operar y a darle con mayor fuerza con el compromiso que teníamos encima”.
Fundada en 2016, Kavak facilita el proceso y pago de compraventa de autos mediante una plataforma en línea. Además ofrece opciones de financiamiento personalizado y garantizado. Su misión, en palabras de Lori, “es vender solo los automóviles que le venderían a su mamá”.
Desde entonces, año con año la compañía ha experimentado un crecimiento exponencial a triple dígito.
La valuación de 1,150 millones de dólares de Kavak se concretó con una tercera ronda de financiamiento proveniente del fondo de inversión japonés Softbank, que tiene en su portafolio a otros unicornios latinoamericanos, como Rappi y Loggi.
Anteriormente, Kavak había recibido financiamiento de firmas como DST Global (Hong Kong), Greenoaks Capital (Estados Unidos), Kaszek Ventures (América Latina) y General Atlantic (Estados Unidos).
Su primer ronda de financiamiento fue de 3 millones de pesos por parte de Mountain Nazca, en el tercer trimestre de 2016.
“El promedio de fondeo para unicornios en el mundo es de 300 millones de dólares”, detalla Álvaro Rodríguez Arregui, cofundador y managing partner del fondo de inversión mexicano Ignia.
“Kavak ha levantado 400 millones. Nunca ninguna startup había levantado esa cantidad de capital, lo que demuestra que empieza a haber más apetito de inversionistas con bolsillos profundos para las oportunidades de México”.
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Un buen panorama
Además del creciente interés de inversión hacia nuestro país, el nombramiento de Kavak como el primer unicornio en México es resultado de una serie de factores que han pavimentado el camino en el ecosistema emprendedor mexicano, entre ellos, el boom de la economía digital (y las oportunidades de mercado derivado de ello), así como equipos de liderazgo talentosos frente a startups con visión de transformación.
Estos son los elementos que hay que tener en la mira para que México se convierta en el semillero de unicornios.
Revolución digital mexicana
En medio de una fuerte campaña de difusión y publicidad, en 2014 se llevó a cabo el primer HotSale en México, una iniciativa para impulsar el comercio electrónico.
El éxito fue arrollador. Durante cuatro días, los sitios de las marcas participantes registraron más de un millón de clics, 3.2 millones de compradores y ventas totales de 370 millones de pesos.
A cuatro años de la primera edición, HotSale es la campaña de venta en línea más importante del país. Para 2019, sumó 11,000 millones de pesos en venta, un 30 % más comparado con 2018. Lo anterior solo confirma algo: la revolución digital mexicana avanza a paso firme.
“México está viviendo un boom en la economía digital”, dice Arregui.
“El país es una gran historia de éxito para muchas empresas digitales en el mundo: para Facebook es el quinto país más importante del mundo, para Netflix es el segundo. Desde el punto de vista de los mercados metropolitanos, la Ciudad de México es el más importante para Spotify. México es la siguiente frontera de oportunidades en la economía digital”.
Actualmente, el país es el segundo mercado de comercio electrónico más grande a escala global. Su crecimiento es producto no solo de una mayor oferta de servicios y productos en internet, sino también del incremento de la confianza del consumidor mexicano para comprar en línea.
Para Héctor Sepúlveda, cofundador y managing partner de Mountain Nazca, las startups han logrado “transmitir la confianza al consumidor de que son empresas sólidas, que van para largo, que ofrecen mejor producto y servicios que otros, capaces de sostenerlo a futuro”.
El resultado, menciona, es un efecto multiplicador de recomendación dentro de los consumidores mexicanos.
Sin embargo, el lanzamiento de un producto llamativo en el mercado no es suficiente para asegurar una gran cantidad de clientes.
Los especialistas coinciden en que uno de los principales ingredientes para emprendimientos exitosos y sostenibles en América Latina es que resuelvan una necesidad puntual en un mercado atractivo y enorme.
Kavak, por ejemplo, atiende un segmento que durante años estuvo fragmentado: la compraventa de autos usados.
“El mercado de coches usados en México es el sexto más grande del mundo y la penetración de coches en México es baja todavía. Hay tres personas por cada auto en México, comparado con una persona por auto en Estados Unidos”, detalla Germán Rosales, inversionista de Softbank.
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La historia de Kavak
Cuando Loreanne García, Carlos García Ottati y Roger Laughlin se sentaron en su primera junta de Kavak, lo primero que hicieron fue definir qué cultura querían construir.
Su respuesta: una cultura de disrupción alrededor de la experiencia de compraventa de un auto. Para eso, tener al equipo correcto fue fundamental.
“(Queremos) un equipo que se sienta parte de la visión y la ambición que estamos creando, que esté orientado a nuestros clientes”, describe Lori.
“Nos tomamos muy a pecho el proceso de reclutamiento, invertimos tiempo, nos aseguramos que las personas sepan a lo que vienen y que tengamos la oportunidad de conocer a la persona y sus súper poderes”.
Tanto para Softbank como para Mountain Nazca, el perfil de los emprendedores detrás de Kavak fue uno de los factores decisivos para invertir en la empresa.
Los tres venían de posiciones estratégicas en grandes corporativos como Linio México, Coca-Cola FEMSA y Groupon, por lo que uno de sus principales activos era su habilidad operativa de ejecutar el negocio.
“Puede haber un mercado muy atractivo, pero si no tienes un buen equipo capaz de ejecutar esa misión no es lo mismo”, dice Rosales, de Softbank.
Sepúlveda, de Nazca, coincide: “Se trata de un tema de integridad: promesas hechas y promesas cumplidas. No hay que fijarse tanto en la empresa, sino en sus líderes”, dice.
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Fondeo, oportunidad y el talón de Aquiles
Si algo demostró el 2019, es que los inversionistas extranjeros tienen la mirada puesta en América Latina.
En marzo de ese año, el fondo de inversión japonés Softbank anunció la creación de un fondo de 5,000 millones de dólares destinado para invertir en startups de tecnología en la región, denominado Softbank Innovation Fund y al que pertenece Rosales.
El apetito inversionista extranjero va en aumento. Según datos de la Asociación de Venture Capital en Latinoamérica (Lavca), de 2016 a 2019, el financiamiento de venture capital creció 900 %.
Mientras en 2016 la inversión en emprendimientos rondaba los 500 millones de dólares, para 2019 alcanzó los 4,600 millones de dólares.
En México, solamente las inversiones de capital de riesgo crecieron 42 % entre 2013 y 2019, según el estudio Mexican VC Opportunity de la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap).
Sin embargo, para Arregui el fondeo es y seguirá siendo el área de oportunidad del ecosistema emprendedor mexicano.
“Necesitamos un ecosistema saludable de fondos”, apunta.
“En Estados Unidos, los inversionistas institucionales invierten el 5 % de sus activos en fondos de venture. En México es el 0.15 % de sus activos. Treinta veces menos de manera relativa. Es imposible tener un ecosistema sano si no hay fondeo”.
El caso de Kavak, continúa Rodríguez Arregui, es un ejemplo.
Mientras en sus etapas iniciales la empresa recibió financiamiento de fondos locales, para etapas más tardías la inyección de capital fue de fondos internacionales con bolsillos más profundos.
Actualmente, nueve de 10 de las firmas internacionales más importantes de venture capital que apoyan emprendimientos en la última etapa de desarrollo están en México, entre ellas, Sequoia, Andreessen Horowitz, Softbank, General Atlantic, GGV Capital y Accel.
Para él, la situación es clara: los inversionistas locales no están invirtiendo lo suficiente en fondos de venture capital.
Esto también forma parte de las conclusiones finales del estudio de Mexican VC Opportunity, en el que la Amexcap señala que México no está creando una base de oportunidades en etapas tardías lo suficientemente rápido para capitalizar el atractivo de su mercado.
El desconocimiento o miedo al riesgo son algunos de los temores de los inversionistas tradicionales locales de México, según Arregui.
La historia ha demostrado que uno de los riesgos detrás de oportunidades de inversión atractivas es la creación de burbujas de especulación, como ocurrió en
2000 y en 2008.
Sin embargo, aunque se trata de algo latente, para Sepúlveda el ecosistema de fondos se mueve en un ambiente muy colaborativo y la experiencia internacional es de gran ayuda.
“Es un aprendizaje del que nos hemos beneficiado internacionalmente. México está retrasado, sí, pero es como tener una máquina en el tiempo. Podemos aprender de este concepto de peer learning”.
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El ecosistema, después de la Covid-19
La emergencia sanitaria por Covid-19 aceleró la transformación digital y abrió aún más la oportunidad de mercado. Los hábitos de consumo se volcaron hacia la web.
“La mesa está puesta. El crecimiento lo tenemos frente a nosotros, la gran explosión. Eso es lo que están viendo los inversionistas para capturar ese valor y en un momento en don- de todas estas tendencias se han acelerado por la pandemia”, dice el cofundador y managing partner de Ignia.
De hecho, las conversaciones de inversión no se han detenido, al contrario se han trasladado a juntas por Zoom.
Antes para reunirse con algún emprendedor, comparte Rosales, había que planear una semana con anticipación.
El resultado eran interacciones menos frecuentes. “Ahora que estamos conectados en videollamada, ha incrementado el ritmo en inversiones con muchos emprendedores. Eso es bueno para el ecosistema”.
En el tema de adquisiciones, la situación es similar. Actualmente, actores estratégicos internacionales han demostrado interés en el portafolio de startups de Ignia.
“Antes de la Covid-19 no traíamos ningún proceso activo de empresa, ahora tenemos siete procesos activos”, dice Arregui.
Los próximos unicornios mexicanos, coinciden los especia- listas, los veremos en segmentos variados, entre ellos fintech y delivery.
“Kavak fue la primera, pero el año que entra vamos a ver por lo menos unas dos o tres más, si no es que a finales de este año”, anticipa Sepúlveda.
“Estamos viendo el nacimiento de las grandes empresas del futuro muy cercano de este país. Lo que vivimos ahorita es una migaja de lo que se viene”.
Nota vista por primera vez: (Selene Mazón / publicado en la edición 34 de la revista digital Tec Review)